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Arquitectos: Herre Arquitectos
- Área: 439 m²
- Año: 2021
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Fotografías:César Bejar
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Octo Restaurante es un espacio que tomó vida en una de las zonas más tradicionales de Guadalajara, la Colonia Lafayette. Se trata de una casa de principios de los años 60, la cual el arquitecto Luis Fernando Hernández y el creativo Luis Manuel Hernández intervinieron por completo para adaptarla a las necesidades que exigía un restaurante donde el respeto al producto, su trazabilidad y técnica fueran los ejes. Ladrillo, latón, madera tzalam, granito, vidrio soplado son varios de los materiales que edificaron el espacio en su fachaleta, sus dos escaleras, balcones, terrazas, roof, así como en su cocina abierta y zonas de servicio. Cada detalle que caracteriza los tres niveles de Octo, abierto en noviembre de 2021, hablan de una contraposición al restaurante hermano que le antecedió y que convive a su costado llamado Bruna, un sitio lleno de vegetación con varios jardines escultóricos.
En esta nueva construcción, la fachaleta es un sello de contraposición, haciendo referencia a lo inorgánico y su belleza, con el uso de ladrillos que forman hexágonos y dan vida a una flor terracota, donde la séptima parte es el centro que tiene grabado un cubo y la octava es la materialización de Octo, que significa ocho en latín. Esta flor se repite por todo el proyecto en herrería, ventanales de vidrios biselados y monumentales barras de granito. Es un diseño que domina los exteriores, las fachaletas y patios; sólo en ladrillos se emplearon 150 mil colocados artesanalmente. La cocina abierta es lo que enmarca el primer salón que continúa a un patio con una larga barra que se cubre por un techo retráctil. La sensación de estar al aire libre sin estarlo se logra gracias a la gran altura de los muros y a la caída natural de la luz. Un mezzanine que brinda una vista panorámica de toda la casa es parte de un segundo piso al que se sube por dos escaleras, una infinita que lleva al rooftop donde los comensales conviven con esculturas de la artista Sofía Crimen y varias jardineras que aportan esa mundo orgánico, especialmente compuesto por cactáceas púrpuras y anturios rojos.
Todos sus muros son escenario de exposiciones de arte al ser a la vez galería con talentos como el de Mónica Leyva, quien en un ejercicio de rescate de caligrafía sobre adobe exhibe varios letreros con la palabra Octo, resultado de esta técnica. Una dedicatoria especial en el diseño lo tiene la mesa de experiencias en un espacio subterráneo privado para 6 personas, donde se dejó una ventana a través de la cual se visibiliza el suelo medio que testifica las características topográficas en Guadalajara compuesta por capas de arcilla y piedra pómez.